La vida escolar son ciclos o fases que debemos atravesar y que comienza en el jardín de infantes. Desde esa temprana edad empezamos a tomar conciencia de su importancia, pues nuestro futuro depende de la educación que recibamos. Siendo esta la base que sustenta a nuestra sociedad y en la cual representa una realidad compleja sobre la que hablamos con frecuencia y que a todos, en mayor o menor grado nos preocupa e interesa. Es por ello que nosotros como educadores tratamos de mejorarla ya sea empleando diferentes recursos o estrategias. Pero en realidad ¿Sabemos como lograr el éxito educativo?
Para ello tanto estudiantes, como docentes, familiares y comunidad en general, deben conocer los bases necesarias para su formación, las cuales no son más que la implementación de valores y disciplina, que no solo se aplican en el hogar, sino también en el ámbito educativo y que ayudan al fortalecimiento de una buena institución. Además debemos olvidar el prototipo de profesor del siglo pasado, que solo buscaba impartir conocimiento, a través del llamado fotocopiado, donde el escribe algo y espera que todos los estudiantes copien y piensen lo mismo que el.
Actualmente un buen educador no solo busca impartir conocimiento sino también espera involucrarse más con los estudiantes. conociendo sus vivencias diarias, mostrando interés en sus preocupaciones y buscando soluciones que ayuden a ese futuro líder del mañana. Todo estos mejora la comunicación y permite una mayor integración. Donde la educación se vuelve multidireccional (EL docente habla y expone su conocimiento, pero el estudiante no solo escucha sino también alega, investiga y hasta puede refutar) de esta manera se puede llegar a la armonía educativa.